martes, 8 de mayo de 2018

EL PODER DEL JUNCO

Brega la mar contra las rocas
que coartan su libertad,
con testaruda insistencia
y a pesar del empeño de aquellas
para intentar frenar su afán,
a pocos, las convierte en arena.

Batalla el aíre contra las montañas
que se oponen a su soberanía
e intentar frenar su deambular
y éste,con igual voluntad, las talla
dándolas caprichosas formas,
en constante cambio.
Transformándolas en más arena.

El aire y la mar nos muestran
su aparente incansable fuerza,
la tenacidad de su fingida resolución
con la que nos amenazan,
el poder efervescente
de su energía desbordada.
De nada sirve oponerse con rigidez,
ofreciendo la amplitud de nuestros frentes.

Cuando azota el huracán
o el tsunami se exalta,
hay que fijarse en el junco.

Sólo el junco ha apredido
a aparentar mostrarse vencido,
como un reverente redentor.
Con la propia fuerza del aíre
se deja mecer, paciente, esperando
que,el agotamiento del viento llegue
y las aguas se apacigüen,
para que, así, majestuoso
volver a erguirse,
porque sabe que tarde o temprano,
tanto el aíre como el agua
buscan su remanso,
después de la tormenta.

Aprendamos del junco
que simula dejarse vencer,
pacientemente, para seguir ganando.

                 De Ángel Rebollar (Toda reproducción, total o parcial, del documento
                                             ha de ser, previamente, autorizado por el autor)

No hay comentarios:

Publicar un comentario