sábado, 2 de abril de 2011

ROSA MARCHITA, AMOR CADUCO

Rosa, ayer roja, fresca, viva,
dabas tu perfume intimo, personal,
todo lo llenabas.
cumulo de emociones provocabas.

¿Dónde quedo aquel rojo perpetuo?
brillante destello, de tus apretados pétalos
abrazados unos a otros, como nosotros,
quizás protegiendo tu núcleo esencial.

¿Dónde tu frescura?, tan relajante aquella,
transformadora, anímica,
como rocío para nuestras dermis desnudas,
que el sudor esforzado, convertía en brisa.

¿Dónde tu virtual fragancia?, dulzona,
invasora, extrovertida, coqueta,
compitiendo con la nuestra, tan jugosa,
olor tuyo y mío, osmótico, confundido.

¿Y tu vida?, solo ella me interesa,
no te acerques con la muerte,
que solo viva, lo que vida tiene,
¿para que los ocasos?, tan distantes,
introversión centrípeta,
alimentada por exuberancias centrifugas
de la vida antecesora.

Tapemos con seda la rosa roja,
con delicadeza por lo que fue
y así, procuremos olvidarla,
donde la memoria no sepa, amada mía

              De: Ángel Rebollar ( cualquier utilización, total o parcial, del contenido
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